Hoy Domingo de ramos se nos presenta la oportunidad para  proclamar a Jesús como el rey y centro de nuestras  vidas.  Debemos parecernos a esa gente de Jerusalén que  se entusiasmó por seguir a Cristo. Decir “que viva mi  Cristo, que viva mi rey...”  Es un día en  el que le podemos decir a Cristo que nosotros también  queremos seguirlo, aunque tengamos que sufrir o morir por Él.  Que queremos que sea el rey de nuestra vida, de  nuestra familia, de nuestra patria y del mundo entero. Queremos  que sea nuestro amigo en todos los momentos de nuestra  vida.Un feliz domingo para todos ustedes y vívanlo junto a María, nuestra Madre.
buenisimo
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